La tercera edad es una fase de la vida en la que se debe permanecer activo. Existen multitud de maneras de fomentar la autonomía y hacer que los ancianos se sientan útiles. En este artículo descubriremos cuáles son y cómo ponerlas en práctica para ser independientes durante la vejez.
El envejecimiento progresivo que experimentamos las personas a medida que cumplimos años es algo inevitable, y no a todos nos afecta por igual. A no ser que se llegue a la tercera edad con algún tipo de enfermedad o limitación grave, los ancianos pueden tener un grado de autonomía elevado, lo que los lleva a ser personas poco dependientes.
En determinadas ocasiones, son los propios familiares de la persona mayor los que se empeñan en tratar deliberarle de ciertas responsabilidades, lo que puede resultar algo contradictorio. Fomentar la autonomía es por sí mismo un gran ejercicio de ayuda y que posee un enorme valor.
Miedo a la autonomía de los ancianos
Quienes conocen a alguna persona mayor tratan de aconsejarle sobre lo que debe y no hacer, y en ocasiones puede resultar un ejercicio contraproducente. Muchos de los errores que cometemos se basan en:
- La falta de confianza sobre lo que un adulto mayor puede hacer.
- El miedo a que se hagan daño.
- Pensar que pierden la capacidad de hacer algunas actividades.
Debemos hacer un análisis sobre las capacidades de cada persona en concreto. Tal vez un adulto mayor no deba subirse a una escalera para limpiar cristales, pero sí puede desempeñar tareas de manera autónoma y de forma segura. Se recomienda fomentar actividades que no presenten ningún peligro y nunca “cortar las alas”.
Cómo ser un anciano independiente
- Es importante dotar al anciano de los elementos necesarios para que se encuentre a gusto en su hogar y pueda realizar tareas sin impedimentos.
- Normalmente viven en lugares que no están adaptados a sus capacidades motoras, los que les puede hacer sentir torpes. Si en casa tienen objetos que les hagan la vida compleja, busquemos alternativas.
- Por ejemplo, si son capaces de asearse solos y en su baño disponen de una bañera quizás debemos cambiarla por una ducha, con lo que se evita el riesgo de caídas.
Es importante que un adulto mayor no se empeñe en demostrar que puede hacerlo todo por sí solo pues en ocasiones no es posible. Entonces, ¿por qué fomentar la independencia en la vejez? Es importante para la felicidad de los mayores. Quitemos nuestros miedos.
Errores comunes que impiden a los ancianos ser independientes
Se suele pensar que las personas mayores tienden a comportarse como niños, por ello es importante trabajar con ellos en su independencia. Además, es frecuente caer en algunos errores con respecto a la actitud que se tiene con ellos, por esta razón es necesario evitar estos errores:
- Hacer todo por ellos. No es la actitud más conveniente, ya que, si les quitamos la posibilidad de sentirse útiles, bajamos su nivel de autoestima. Pueden hacer bien muchas actividades y no debemos anular sus ganas de colaborar, siempre y cuando no exista un riesgo real para su integridad.
- No premiarlos. A todos nos gusta sentirnos reconocidos, y los ancianos no son una excepción. Por ello, pueden reconfortarse cuando se saben útiles. Es una manera de dar un gran empuje a su grado de autoestima y, por ende, de autonomía.
- Regañarlos por no pedir ayuda. Hay cientos de tareas que pueden hacer por sí mismos y que no suponen un riesgo, por lo que regañarles jamás es una buena idea, al contrario, deterioramos su autoestima.
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Consejos para aumentar la independencia en mayores
Para que un adulto mayor tenga autonomía, se pueden seguir los siguientes tips:
- Hacerle partícipe en la toma de decisiones que atañen a su vida personal y familiar.
- Evitar ayudarles en todas sus actividades, y mucho menos, sin consultarle.
- Nunca debemos pensar por ella o él.
- La autonomía se fomenta principalmente de forma natural, tratando de acompañar, pero sin invadir.
¿Esa persona es capaz de asearse por sí misma? Evitemos meternos en el baño a “ayudar”. ¿Puede cocinar? Estemos en la cocina junto a él o ella, pero dejemos que maneje los objetos con libertad.
La línea entre ayuda e intromisión es delgada y muy fácil quebrarla. Con un adecuado ejercicio de autoanálisis podemos darnos cuenta de que los adultos mayores son capaces de hacerlo casi todo por sí mismos. Es importante ofrecer tiempo ycolaboración si ellos lo piden.
La autonomía es quizás uno de los tesoros más preciados del que disponen, y “cortarle las alas” en este sentido es hacerles sentir inútiles e impotentes.
Por fortuna, con ayuda de la tecnología como los teléfonos móviles que pueden manejar fácilmente y con los que pueden estar siempre localizados, podemos confiar más en que ante cualquier crisis, podrán pedir la ayuda necesaria.