Formarse no es solo cuestión de jóvenes. Las inquietudes culturales son cosa además de todo tipo de personas, incluidas aquellas que ya son adultos mayores. ¿Cómo puede estudiar y ampliar conocimientos una persona en la vejez?
Las personas mayores cuentan con una gran ventaja sobre las demás, su tiempo. Al tratarse de gente que ya está jubilada, disponen normalmente de tiempo libre para poder formarse. Y tener inquietudes culturales es signo de juventud, por lo que poder recibir formación es siempre una buena idea.
En España, es posible estudiar de muchas maneras, ya sea en universidades y facultades, o en las denominadas universidades de mayores, lugares en los que existen multitud de cursos adaptados a los intereses de personas de este grupo de edad. Las aulas para mayores son un aliciente interesante para llenar ese tiempo libre.
Ventajas de asistir a la universidad de mayores
Por un lado, y como hemos dicho, es una forma sana de llenar el tiempo ocioso. Mucho mejor adquiriendo conocimientos que estar sin hacer nada de provecho. Por otro lado, asistir a la universidad de mayores nos pone en contacto con personas de nuestra edad y con nuestros mismos intereses. Es por tanto una manera de socializarnos y ampliar nuestro círculo de amistades.
Estudiar en la tercera edad mejora la salud, la mente se mantiene ocupada y realiza un trabajo en el cual las conexiones neuronales están en pleno rendimiento, es una gimnasia cerebral de efectos demoledores en el plano positivo. La realización de trabajos, asistencia a ponencias y conferencias o las visitas culturales son siempre un estímulo a tener en cuenta.

Asistir a clases en la edad adulta supone un estímulo siempre. Las personas que lo hacen eligen esta serie de cursos por preferencia de intereses y van porque simplemente les gusta, no necesitan más para ello. La motivación es máxima y muchas de ellas ven con ilusión el día o los días que han de asistir a clase. Supone una manera de salir de la rutina, llenar el tiempo, ampliar conocimientos y socializar.
En estas clases se tiene no solo la oportunidad de aprender, sino la de realizar actividades con semejantes que no tengan que ver con los propios estudios, por ejemplo, un café previo o posterior a las sesiones. No hay mejor medicina que la de mantener la ilusión por algo, sobre todo en edades avanzadas.
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Estudiar en una universidad para mayores
Las personas que asisten a las universidades de mayores han de cumplir requisitos de edad o estar jubiladas y, en algunas ocasiones, la asistencia a este tipo de cursos permite posteriormente que se puedan realizar pruebas de acceso a la universidad, por si se quiere aumentar la formación.
Las universidades que ofertan aulas para personas mayores España son numerosas, y cada vez son más. Alicante, Murcia, Carlos III en Madrid, Sevilla, Zaragoza, Valencia, Barcelona o Málaga son algunas de estas. De otra forma, los programas interuniversitarios son una posibilidad interesante, ya que están disponibles para aquellas personas que ya han cursado los estudios de las Aulas de Mayores y desean seguir ampliando conocimientos. Están presentes en algunas universidades, con precios muy comedidos y se realizan en aulas ordinarias, junto con personas más jóvenes.
En todo caso, son numerosas las localidades que ofrecen aulas para mayores, no es necesario encontrarse en una capital de provincia. Los ayuntamientos, junto con las comunidades autónomas, fomentan que existan hasta en las localidades más pequeñas.La formación se ha democratizado para que llegue a cualquier punto.
La titulación en universidades para mayores
Si es tu caso, y lo que deseas es obtener un grado universitario, es posible matricularse en la universidad. Por delante mucho tiempo libre para poder estudiar a tu ritmo y con la ventaja de compartir aulas con personas jóvenes, es un choque generacional positivo. Es una manera de ponerse en situación sobre personas más jóvenes, pero con los mismos intereses que nosotros.
Evidentemente el ritmo es distinto, aunque la universidad permite la matrícula de algunas asignaturas, no es necesario tener que elegir todas. La inversión de tiempo será mayor, pero la carga lectiva será menos pesada.
Estudiar a nuestro ritmo es una de las ventajas de asistir a la universidad.
Los estudios universitarios pueden realizarse de manera presencial, si tenemos una sede física próxima o asistir a la UNED, o universidad a distancia.
La ventaja de obtener una titulación oficial en una universidad española es precisamente la habilitación para desarrollar una actividad profesional si se tienen ganas, aunque normalmente están dirigidas a ampliar conocimientos y tener el respaldo de un título académico. Normalmente, los adultos mayores que escogen esta vía no desean desarrollar una actividad profesional, pero sí tener una titulación que respalde la obtención del estudio.
Los precios de los estudios universitarios oficiales son generalmente elevados, pero algunas universidades contemplan tarifas más reducidas si se cumplen algunos requisitos de renta o se ha llegado a cierta edad. Las ventajas de hacerse mayor también van encaminadas a obtener descuentos importantes.
Como hemos podido ver, el aumento de la esperanza de vida no ha hecho más que ayudar a que los estudios que antes estaban reservados para jóvenes ahora lo estén para personas de cualquier condición y edad. Las ventajas de asistir a clases en la edad adulta son muy numerosas, fomentan la ilusión, la participación y en poner en marcha nuestro intelecto. Es quizás la mejor forma de no oxidarse y de llenar el tiempo libre.